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“Los que luchan pueden perder, los que no luchan ya han perdido” Bertold Brecht.
Por Papacho-FSN
Aún no siendo sociólogo o profesional de algunas de las disciplinas que estudian a la sociedad me animo a dar mi opinión sobre un tema que siempre es actual.
El único fundamento para animarme a semejante tema es la experiencia propia, la de, con 70 años a cuesta haber transitado por varios cambios históricos.
Una de las preocupaciones más recurrentes entre las organizaciones que pretenden participar en el cambio de la situación que vivimos radica justamente en en el involucramiento de la juventud en ese objetivo.
¿Por qué la juventud no participa en mayor número en política? Como toda cuestión social, este tema puede ser abordado desde múltiples puntos de vista. Yo voy a arriesgar una respuesta general: porque las agrupaciones u organizaciones que convocan, no tienen un mensaje tentador, sus propuestas no contemplan la realidad que viven los jóvenes.
Esto, creo, es en parte por el predominio ideológico que el sistema capitalista tiene sobre la sociedad y es dentro de ella donde el joven convive con distintos núcleos de la misma, empezando por la familia, si la tiene.
Cualquier persona, sea chica o grande, se guía por otras en las que tiene confianza. El sistema se ha encargado de romper la confianza entre las personas. Que nadie crea en nadie. Y ahí sólo queda el individuo.
La desconfianza en las verdades establecidas es una actitud que mueve a la humanidad desde sus inicios, allá en ese embrión de sociedad, el comunismo primitivo, cuando ya empezaban a manejar el fuego. Justamente en el Renacimiento varios científicos fueron muertos en la hoguera por afirmar que la tierra era redonda y se movía.
Que la Humanidad tiene futuro no hay duda, su propio desarrollo lo demuestra, porque todo lo futuro se empieza a construir en el presente. Por lo tanto, la juventud lo tiene. Cómo será, dependerá de cuestiones objetivas y subjetivas.
Dentro de las cuestiones subjetivas está la respuesta que los jóvenes dan a las convocatorias políticas que proponen cambios en la sociedad.
Es en el campo subjetivo, es donde algunos creemos se debe dar la principal batalla, la ideológica, algunos la llaman “batalla cultural” y restringen su alcance a la política electoral.
La mayoría de la juventud cree que tienen por delante un futuro, al que llegarán con mucha suerte y mucho, muchísimo trabajo. Pero ya hay un cierto número de jóvenes que conforman el sector vulnerable de la sociedad, por distintas razones, la económica suele ser la principal, que creen u obran como que ya no tienen ningún futuro por delante.
Como final de este, brevísimo análisis, creo que las propuestas de cambio deben ser dirigidas con precisión a un determinado grupo de la juventud, que al igual que el resto de la comunidad está atomizada.
En una cosa debemos tener confianza, el hombre es un ser gregario, sino vive agregado a otro, no puede existir. Y la desconfianza en las verdades establecidas hoy más que nunca tiene fundamento dado el grado de desarrollo de la tecnología.
El sistema capitalista, basado en un individualismo a ultranza, va llegando a su techo, pero el cambio sucederá en años o en siglos de acuerdo a lo que hagan los hombres y las mujeres, el elemento subjetivo, nosotros apostamos a que sea en años, porque queremos vivirlo aunque sea al final de nuestras vidas.