• La crisis después de 2027 (Si dura)

Fecha de Publicación: 28-09-2025

Por Koly Bader-FSN-Tucumán

La tremenda eficiencia de la derecha cuando gobierna ha sido demostrada una vez más en la Argentina. Sucedió casi ejemplarmente con el menemismo cuyas reformas estructurales, que en su mayoría no han sido modificadas, han transformado el país.

Hoy nos enfrentamos a una apuesta redoblada por encorsetar la Argentina en la camisa de fuerza de la dependencia. Y un instrumento fundamental para ello es la enorme deuda que, como sabemos, condiciona hacia el futuro cualquier decisión política. Esto significa nada menos que, aun cuando este gobierno sea desalojado por las urnas, el margen de maniobra de cualquier gobierno futuro estará limitado por decisiones que se toman en el extranjero por los que se consideran acreedores.

Es también una lección del pasado que el progresismo no ha sabido revertir ni leyes ni decretos emanados desde la dictadura militar. Así lo probamos en nuestra nota "Abandonad toda esperanza, vosotros los que entráis” "https://www.futurosoberano.org/noticia.php?noticia=234

Esto significa, a juzgar por la experiencia, que el próximo período gubernamental, si accede a la rosada otra fuerza política, por más progresista que esta sea, no habrá retorno a un pasado que parece haber sido abandonado para siempre.

Me refiero a la estructura económica de nuestro país, a los cambios de fondo que la derecha ya ha realizado en tan poco tiempo.

Sin embargo, si existe en las fuerzas políticas y sociales algo de valentía, si en algún rincón del espíritu nacional ha quedado, aunque sea una parte, de la firmeza en la decisión que tuvieron nuestros próceres, hay una esperanza.

Esa esperanza comienza con una sola decisión, un solo acto de soberanía, y ese acto es desconocer la deuda, suspender su pago, investigarla y hacer justicia con sus responsables. Todos sabemos quiénes son. Esa sola y primera resolución será indispensable para todas las otras que podremos tomar a partir de recuperar nuestra autodeterminación.

Habrá consecuencias y no serán menores. Pero lo que suceda será siempre mejor que lo que nos espera si la entrega se consolida con la legitimación de semejante sometimiento a los dictados de los intereses financieros y políticos de las potencias dominantes.

En primer lugar, se deberá dominar a los poderes económicos internos desmontando la representación local de los poderes externos. Y seguramente escucharemos hablar mucho de la relación de fuerzas. Esa cosa que, entre otras, sirve para no hacer lo que se debe bautizando como lo posible a lo que no se debe. Y no es que no exista ese factor, claro que existe. Pero es algo que se construye, se edifica, no es un don divino venido de las “fuerzas del cielo”. Es construir poder, el poder alterno que se necesita para enfrentar los poderes instituidos.

Si ese espíritu no se despierta en nuestra sociedad después de lo que estamos pasando y aun pasaremos, no habrá otra cosa que más dependencia por generaciones y generaciones.