• Ser Soberanos

Fecha de Publicación: 24-08-2025

Por Francisco Ramos-FSN-CABA

La soberanía es una postura militante, una actitud frente a la vida y los poderosos, y será una consecuencia efectiva y colectiva cuando el pueblo recupere el poder usurpado por su enemigo histórico.

Podemos ser Soberanos individuales o en grupo, como Frente, organización, partido o movimiento, pero sólo seremos Soberanos como Nación cuando enfrentemos y aplastemos decididamente a quienes detentan el poder económico de nuestro país.

Es esa oligarquía, hoy principalmente financiera, que mueve los piolines junto a enormes terratenientes y grandes monopolios, empresarios locales y extranjeros en su gran mayoría, que dominan entre 3 o 4 firmas todos los resortes de la producción, los servicios, los puertos y distribución.

De allí la íntima relación entre Poder y Soberanía, esta última como resultado de recuperar el Poder en manos de la oligarquía vende Patria desde hace más de 200 años.

Una oligarquía histórica cuyos más grandes referentes son los antecesores de Macri y Milei, Rivadavia y Mitre, no por casualidad decimos que Milei es el Rivadavia del siglo XXI, aquel que en palabras del caudillo cordobés Bustos, era el presidente de la ciudad de Bs. As.

Un modelo centralista porteño, aliado por negocios al Imperio Británico, que prefirió a los portugueses invadiendo la Banda Oriental para sacarse de encima al rebelde federal de Artigas. Con esa cuna e idiosincrasia la oligarquía, otrora ganadera, sojera o financiera ha sostenido la estructura capitalista dependiente que viene esclavizando al pueblo trabajador desde los albores de la Patria.

Solo en contados periodos, ese sistema de poder totalizador, cedió una parte menor del mismo, cuando la democracia burguesa avanzó con gobiernos populares, que finalmente no profundizaron el proyecto nacional y popular, sin enfrentarse a la oligarquía en su víscera más sensible; al decir del maestro N. Galasso, "cuando los Movimiento Nacionales se estancan y retroceden, le abren la puerta a la restauración conservadora".

La conducción burguesa de los Movimientos Nacionales nunca superó sus propios límites políticos e ideológicos de clase, no progresaron de las tres banderas, Independencia económica, Soberanía política y Justicia social, hacia la cuarta bandera que es el gobierno de los trabajadores para poder sostener en el tiempo aquellas tres. Efectivamente una mesa con tres patas, siempre termina cayéndose.

Ocurrió con Yrigoyen en el 30, a Perón en el 55 y 74, y a Cristina Fernández en 2015.

Podemos afirmar que, durante esos períodos democráticos con gran respaldo popular, el poder político produjo una ofensiva de los intereses populares, pero dejando intacta la estructura de dominación capitalista, que no detiene su planificación y accionar para volver a recuperar sus fueros y privilegios con más fuerza. Es como un boxeador entre las sogas, pero al que nunca hemos logrado nockear, lo dejamos de pie y al final termina ganándonos la pelea; aunque pese a su tremendo poder, el enemigo tampoco nos ha vencido. Hemos sufrido grandes derrotas, pero esta guerra bicentenaria y continental aún continúa desarrollándose con avances y retrocesos, pero sin un ganador definitivo.

Porque tenemos la fuerza de los pueblos, cuando podamos coincidir sin soberbia y sectarismos, en la unidad popular concreta con dirección revolucionaria para hacer frente al enemigo, tendremos una oportunidad para vencer, ¡junto a todos los pueblos de Indoamérica!