-
Memorias de lucha en el mes de mayo I
El rosariazo
Por Marta Suarez-FSN-Rosario
La amenaza de privatización del Comedor Universitario en un mayo cargado de noticias de huelgas, paros y actos en todo el país, ponen en alerta a estudiantes y trabajadores, indicando que aquel otoño de 1969, no sería habitual, que marcará historia.
En Corrientes matan al joven Cabral y se enciende la mecha entre la comunidad educativa de nivel universitario y secundario, entre las y los trabajadores, en la población en general.
El comedor universitario, ubicado en pleno centro de Rosario, fue el centro de reunión, de asambleas y refugio. Al día siguiente, 17 de mayo, la marcha fue inmensa y se comenzaba a escuchar y sentir aquello de “Obreros y estudiantes, juntos y adelante”. Transitar calle Córdoba era el objetivo y hacia allá se iba. La policía esperaba y la represión se desató. Las galerías comerciales se convirtieron en trampas sin salidas y en una de ella, la Galería Melipal, asesinan al estudiante Adolfo Bello. Siguen un par de días de resistir en una ciudad sitiada. Se camina por los alrededores del comedor y grupos de estudiantes se sentaban en esquinas entorpeciendo el tránsito. Llegaban policías cuando se estaban levantando y otra esquina era ocupada de la misma manera. Modalidad que duró poco tiempo.
La CGT de los Argentinos anuncia la solidaridad para con los estudiantes y se organiza una olla popular en ATE. Los dirigentes Jorge “Negro” Aguirre y Héctor Quagliaro apoyan, colaboran y llaman a la unidad que se construía en la calle, en la barricada, en la asamblea.
El 21 de mayo, desde los gremios y los centros de estudiantes, se llamó a la Marcha del Silencio. A la cita concurrieron miles que desbordaron calles y superaron expectativas. La policía provincial intentó dispersar, pero las bolitas tiradas para derribar caballos de la montada y el ingenio popular impidió que lo lograran. Fueron rápidamente reemplazados por gendarmería y policía federal. La represión tomó más fuerza. Los tiros se escuchaban tan cercanos y una bala alcanzó a Luis Blanco, aprendiz metalúrgico de 15 años, que cae en mitad de la calle, cerca de LT8, una de las radios rosarinas más antiguas.
Durante el velorio de Blanco el barrio se llenó de personas que pasaban por la casa y permanecían en esquinas cercanas, con el dolor a la vista, sin ocultar el llanto.
Al otro día, desde esa casita de barrio Arroyito fuimos más de 7 mil personas caminando las casi 90 cuadras hasta el cementerio. No había transporte porque habían adherido al paro, pero no achicó la concurrencia. Ese acompañamiento se convirtió en una inmensa marcha contra la represión, contra la dictadura que se mantenía a los manotazos, contra el sistema mismo.
A esa altura no había sector que se mantuviera al margen. Un grupo de sacerdotes que emergía como tercermundistas rompe con el obispo y uno de ellos, delante de la tumba de Blanco dice: “Que esta sangre vertida, que esta sangre que llega al cielo, no sea en vano, que ella lleve la liberación que ansiamos, el instante de justicia que está reclamando el mundo.”
El primer Rosariazo se enmarca en la lucha de un pueblo con la Memoria de aquel Mayo Francés que un año antes proponía la imaginación al poder, de aquel Tlatelolco mexicano que arrasó con tanta vida y que aún duele. Con Memorias de revoluciones triunfantes, de un hombre nuevo fusilado en La Higuera y de bastones largos acallando protestas universitarias.
El Primer Rosariazo marca un camino, muestra que la unidad es entre iguales y que es tan indispensable como posible. Muestra a un par de generaciones con sueños colectivos y decisión de hacerlos realidad.
Hoy, cuando la pérdida de derechos y la entrega de soberanía son moneda corriente, recordar aquella gesta quizá nos ayude a que recuperemos la utopía, porque la Liberación es posible.
Mayo de 1969: Y un día todo eclosionó.
Por Armando Benitez-FSN-Chaco
Hace unos días un gran “pensador contemporáneo” dijo descubrir que la explotación laboral no existe, que todo es más simple: ¡el obrero le compra dinero a su patrón con su fuerza de trabajo y lo dijo sin ponerse colorado!
Así como nadie duda de la lucha de clases, tampoco se duda de las leyes del materialismo dialéctico. Una de ellas dice que todo aumento en cantidad produce un salto en calidad.
En junio de 1966 hubo un golpe militar en la Argentina que derrocó al gobierno radical de Arturo Illia y que según su presidente de facto el General Juan Carlos Onganía, la llamada por ellos Revolución Argentina no tenía plazos sino objetivos.
Por supuesto como toda Dictadura las primeras víctimas fueron los trabajadores y el pueblo. El segundo ministro de Economía de Onganía fue Adalberto Krieger Vasena el que en 1957 como ministro del gobierno de Aramburu contrajo el primer préstamo del FMI.
Por si fuera poco, era nieto del dueño de los Talleres Vasena tristemente célebres por la masacre de sus obreros en 1919 durante la llamada Semana Trágica.
Este ministro decía que los salarios subían mientras en realidad bajaban, que la inflación estaba en el recuerdo mientras los precios no paraban de subir…
La Dictadura de Onganía al poco de asumir ya protagonizó uno de los hechos aberrantes de nuestra historia, en los que se dio en llamar “La noche de los bastones largos “cientos de profesores y estudiantes de la UBA fueron detenidos por defender la autonomía universitaria.
La situación económica y social se agravaba y el pueblo en su conjunto resistía, aún con sindicatos intervenidos la CGT de los Argentinos era una clara referencia de la resistencia al igual que la Federación Universitaria Argentina, FUA.
La Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) tenía sus facultades repartidas entre la ciudad de Resistencia, capital del Chaco y Corrientes, capital de la provincia homónima. En ambas ciudades había servicio de Comedor Universitario.
Jóvenes de provincias vecinas, Santiago del Estero, Formosa, Misiones, Entre Ríos, del interior del Chaco y de Corrientes residían en pensiones, o casas alquiladas por grupos de estudiantes y dependían para su principal sustento del comedor universitario.
Los estudiantes organizados en agrupaciones políticas defendían la autonomía universitaria, con paros, ocupaciones, asambleas multitudinarias. En la realizada el 13 de Mayo de 1969 en la facultad de Ingeniería, la policía provincial avasalló la jurisdicción federal desalojando a cientos de estudiantes y profesores que participaban de la misma.
Esto ocurría a la par de que el interventor universitario elevara el precio de los tickets del Comedor en un 500%, fue la gota que colmó el vaso. El 14 hubo una gran movilización en Resistencia y el 15 las movilizaciones estudiantiles coparon las calles de Resistencia y Corrientes con la solidaridad del pueblo, en particular los trabajadores de la CGT de los Argentinos.
Las policías de las dos provincias reprimieron brutalmente, utilizando la caballería como arietes de las columnas humanas. Así fue como en Corrientes el 15 de mayo cae asesinado por las balas policiales el estudiante de Medicina Juan José Cabral.
Este asesinato enardeció la lucha y el repudio del estudiantado nacional y del pueblo todo. El 16 de mayo un paro sindical paraliza Córdoba y los estudiantes toman el barrio Clinicas.
El capítulo siguiente fue en Rosario cuando el 17 de mayo la represión policial causó otra víctima más, el estudiante de Ciencias Económicas Adolfo Bello, asesinado con un tiro en la frente.
La respuesta del pueblo rosarino fue total, el 21 de mayo parte de la ciudad quedó bajo control de obreros y estudiantes después que las fuerzas de la represión reprimieran la marcha del silencio en la que fue asesinado el joven estudiante secundario Luis Norberto Blanco.
“Obreros y estudiantes, ¡unidos adelante!” sintetizaba lo que ocurría en las calles, en las ollas populares, en las asambleas estudiantiles y obreras.
Lo que se venía acumulando desde el 28 de junio de 1966, empezaba a estallar, en un contexto internacional de luchas estudiantiles y obreras el pueblo argentino salía de la resistencia y pasaba a la ofensiva contra una dictadura que respondía a los sectores del poder económico.
Nada surgió por generación espontánea, fueron los colectivos humanos los que anidaban en las casas universitarias, en las sedes naturales de la política estudiantil, en las comisiones internas y asambleas de delegados sindicales que superaban a las burocracias colaboracionistas, en los barrios que organizaban en comisiones vecinales, de fomento. También tuvo su protagonismo el Movimiento de Sacerdotes para el tercer Mundo.
Todo este proceso tendrá su pico máximo el 29 de Mayo de 1969 con el Cordobazo que fue un duro golpe para la dictadura de Onganía. El movimiento obrero y el estudiantado le pusieron plazo a la “Revolución Argentina”.
El Pueblo argentino a lo largo de su historia ha sido ejemplo de luchas heroicas, no faltará mucho para que le ponga el plazo final a un gobierno que nos daña tanto, como la peor de las Dictaduras.
Video de época de la TV Pública.Película colectiva realizada a partir del "Cordobazo" pero también de la serie de hechos que antecedieron esa rebelión popular.https://www.youtube.com/watch?v=gfsXkKq73UQ
Nota en audio debajo