• El caballo y el carro

Por Francisco Ramos-Izquierda Nacional-FSN

Para el laburante de a pie, e incluso para alguna militancia progre, de escasa formación y poca lectura, la remanida frase de "no poner el carro por delante del caballo" merece una explicación política. Se trata, nada más y nada menos, de una de las cuestiones más importantes en una política seria con vocación de Poder, como es la táctica y la estrategia. Tener un objetivo estratégico como meta, sabiendo que para llegar al mismo podemos trazar y modificar miles de tácticas que nos vayan acercando a ese objetivo. Para lo cual, nunca se debe poner la táctica por delante, sino que el rumbo debe estar definido por una guía que jamás podrá perderse de vista, al punto de confundir o convertir una táctica en la estrategia. Una estrategia revolucionaria, con una política emancipatoria de liberación nacional y social tiene muchos caminos, armas y herramientas a nuestro alcance que nos hagan avanzan hacia ese destino. Este es el claro caso de la conformación de un Movimiento frentista en el que participen diferentes orgas, militantes y pensamientos que se unen con un determinado objetivo político. Si queremos avanzar hacia un Frente anticapitalista, en caso que nuestro horizonte sea una Patria Socialista, en algún momento determinado, podemos o no, confluir en un Frente electoral que aporte hacia esa meta, pero si arrancamos formando un Frente electoral para disputar porciones de poder del mismo sistema ya nos estamos equivocando, no de camino sino de destino, que es mucho peor. Si en cambio consideramos lo electoral como una posible táctica más que, en determinadas ocasiones, pueda beneficiar al Frente revolucionario en su difusión y conocimiento de sus ideas sobre vastos sectores populares, entonces la táctica estará en sintonía y servirá para contribuir a la construcción y crecimiento del Frente. Por supuesto que un tipo de organización que se plantee una estrategia revolucionaria no es común en estos tiempos, después de 40 años de una democracia ficticia surgida del terrible golpe de la Dictadura del 76 y la derrota de Malvinas. Una democracia condicionada que abortó el debate, reconocimiento y mucho menos plantear luchas que retomen las ideas antisistema de los 70, donde se puso en juicio al capitalismo con un horizonte que saltaba sus límites burgueses hacia una construcción colectiva que destruya la injusta estructura del Poder oligárquico dominante. Poder retomar esa discusión, reivindicar aquellas luchas y proponernos las mismas metas en este primer cuarto del siglo XXI, 50 años después, significa que no han tomado nuestras cabezas, no nos han quebrado ni vencido y que volvemos a poner el caballo delante del carro para seguir avanzando en la continuidad de esta guerra continental y bicentenaria que el enemigo de los pueblos viene planificando otra conservar y concentrar mil veces la riqueza que nosotros producimos. Plantear un Frente revolucionario con una unidad de concepción política, con un objetivo estratégico y en confluencia con otras organizaciones y agrupamientos, es el más importante aporte que podemos realizar para honrar a nuestro muertos en cientos de batallas que aún nos acompañan. Venceremos! 

La nota en audio al final de esta página