Por Koly Bader-FSN-Tucumán 21/4/2025
Javier Milei no nació de un repollo sino de un largo y meticuloso trabajo largamente financiado por el Departamento de Estado de EEUU. Su red de organizaciones.
No sin cierta inocencia muchas veces prestamos atención a los análisis, estadísticas y opiniones políticas de organizaciones privadas o agencias “no gubernamentales” en la creencia de su objetividad. Estos organismos son muchas veces fundaciones u ONGs “filantrópicas” supuestamente preocupadas y ocupadas en nuestra realidad sin otros intereses que el bienestar general. Pues deberemos tener especial cuidado.
El llamado tercer sector se va transformando cada vez más en una herramienta política de las potencias dominantes que resguardan sus ejércitos como último recurso y utilizan sus servicios de inteligencia para diseñar estrategias de penetración y control social por medio de las llamadas Organizaciones No Gubernamentales. En realidad, lo de no gubernamentales es referido al gobierno local ya que son financiadas por gobiernos extranjeros, especialmente Estados Unidos, con neto carácter intervencionista. El gobierno de Estados Unidos y sus Agencias de Inteligencia, han encontrado una nueva mascarada detrás de la cual actuar. Muchas de estas entidades son creadas con el sólo fin de servir de pantalla para las acciones que la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) no puede realizar abiertamente.
Siempre bajo consignas de propósitos democráticos y libertarios, las organizaciones sin fines de lucro financiadas por el Departamento de Estado responden a sellos tales como “Habitat for Humanity”, “Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina”, “Atlas Economic Research Fundation”, United Stated Agency for International Development”, “National Endowment For Democracy, etc. Generalmente trabajan muy bien de la mano de organismos multilaterales como la OEA, las Naciones Unidas, el Banco Mundial y otros organismos menores cuyos programas para el “desarrollo”, la “libertad”, la “democracia” etc., son ejecutados por estos profesionales de la penetración ideológica. Se nutren de miembros locales cooptados por la política del Departamento de Estado, ya sea por convicción, o como idiotas útiles que esperan el ascenso social y profesional bajo los logotipos con palabras en inglés que incluyen la tibieza de las mencionadas palabras mágicas a las que se les adiciona el mito del altruismo humanitario.
Ellos otorgan becas, financian publicaciones, promueven formación profesional, canalizan la publicación de artículos en los medios masivos, se relacionan estrechamente con las universidades, organizan conferencias y congresos, y sobre todo opinan y forman opinión sobre la realidad nacional inspirados en los intereses de las financieras y empresas multinacionales que gozan de la protección oficial de sus países de origen. Naturalmente sus aliados naturales son los grupos de poder económico vernáculos cuyos intereses están íntimamente ligados al capitalismo global. Muchas fundaciones y ONGs nacionales son financiadas a su vez por estas organizaciones siempre que respondan al protocolo diseñado por los servicios de inteligencia, en especial la CIA, para cada país.
En la Argentina probablemente CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina) sea la ONG que oficia de mascarón de proa de la temible USAID (United Stated Agency for International Development), una sigla mundialmente identificada con operaciones políticas desestabilizadoras en países rebeldes al Departamento de Estado norteamericano.
Según ellos mismos se definen en su página web (www.cadal.org) “es una fundación privada, sin fines de lucro y apartidaria que trabaja en la promoción de la apertura económica e integración regional, el fortalecimiento de la democracia y la defensa de los Derechos Humanos.
Sus objetivos y programas basados en los principios de la democracia liberal, la economía social de mercado y el carácter universal de los derechos humanos, son ejecutados por su equipo de trabajo desde la sede central en Buenos Aires, Argentina, y una representación en Montevideo, Uruguay. Asimismo, cuenta con un grupo de académicos y analistas independientes, empresarios y colaboradores en los distintos países de América Latina”. CADAL integra el Network of Democracy Research Institutes (NDRI), es un Instituto Asociado al Proyecto Plataforma Democrática y está registrada como Organización de la Sociedad Civil ante la Organización de Estados Americanos (OEA). La creación de CADAL, en febrero de 2003, con domicilio en Reconquista 1056 piso 11 Depto B - C1003ABV - Buenos Aires, “tuvo en cuenta las crisis políticas, económicas e institucionales en Argentina y varios países de América Latina, y los futuros desafíos en materia de libertades democráticas y crecimiento económico con inclusión social. En ese sentido, CADAL surgió para ocupar un espacio en la región promoviendo las distintas facetas que hacen al desarrollo mediante iniciativas de apertura política, económica e institucional”.
Como se ve, con meridiana claridad se define su intervención en la política interna. Como curiosidad diremos que le pusieron el nombre del tucumano José Ignacio García Hamilton a su “Programa Latinoamericano de Extensión Académica”. Reconocen además que entre sus miembros hay “periodistas, académicos, empresarios y profesionales que se desempeñan en la actividad privada o cuentan con experiencia previa en otras organizaciones de la sociedad civil”.
CADAL recibe su mayor porcentaje de dinero, para sus acciones, de manos de las sucursales de la CIA para la región: Atlas Economic Research Foundation, con sede en Washington, el Instituto Timbro de Suecia, la filial argentina de la Konrad Adenauer Stiftung, la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD), la United Stated Agency For International Development (USAID), la National Endowment For Democracy y el Directorio Democrático Cubano con sede en Miami.
La continua propaganda de CADAL no se limita sólo a influir en la política exterior argentina y despotricar constantemente contra Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia; los referentes más importantes de esta supuesta ONG, publican editoriales con las que tratan de influir en las políticas internas del nuestro país. En ellas se puede ver claramente la crítica la educación pública y las presiones para que no se les cobre impuestos a las mineras y las petroleras asegurando que dichos gravámenes “desalienta las inversiones extranjeras”. También en su página se pueden ver editoriales en los que se llama a la oposición al kirchnerismo a unirse para enfrentar al Gobierno.
También lobbystas internacionales como el ex presidente español, José María Aznar, se encuentran vinculados a esta organización y han participado de encuentros con referentes de la derecha de argentina, en los que se han criticado de forma dura y despectiva al Gobierno nacional a todo el proceso que se lleva adelante en esta etapa de nuestro país.
Cadal sostiene que Latinoamérica “atraviesa por una etapa crítica en su desarrollo”. No obstante, elogia los avances de las instituciones en Brasil, Chile, México (un país que en seis años sufrió casi 50 mil homicidios en la lucha contra el narcotráfico), Colombia y Uruguay. En un segundo grupo que encuentra “grandes dificultades para lograr el desarrollo sostenido” incluye a Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y la Argentina porque, según la fundación, algunos de estos países registran “la ausencia de las libertades más básicas” y otros, “importantes atropellos a la propiedad privada que demoran el establecimiento de las condiciones para el progreso como lo es, por ejemplo, la confiscación de fondos de pensiones producida en Argentina”.
Ningún centro que pretenda mostrarse como "académico" puede prescindir de intelectuales. Los agentes de Cadal son escritores (Marcos Aguinis, Juan José Sebrelli), periodistas (Femando Ruiz Parra, Silvina Walger) e historiadores (María Sáenz de Quesada), intelectuales muy distintos con una sola coincidencia, sus críticas a la Revolución Cubana y a los gobiernos de Hugo Chávez y Evo Morales. Dos coincidencias en realidad: también admiran la democracia chilena, régimen tutelado que aún no sale de la transición permanente y que hace ostensible una inserción internacional tan importante como la cantidad de pobres que heredó del pinochetismo con políticas de mercado en aumento luego de dieciocho años de gobierno.
En el pasado más próximo CADAL publicó “Lula: La izquierda al diván”, de Ceferino Reato, editor de internacionales del diario Perfil, donde se exageran las contradicciones del gobierno de Lula con la conclusión de que la única salida es el liberalismo.
Cuenta con el apoyo de Hugo Grimaídi, director periodístico de DyN, donde Salvia, director de Cadal, publicó extensas columnas. A él se suman: Tristán Rodríguez Loredo, editor de Noticias; Jorge Liotti, editor del Suplemento El Observador de Perfil; Nelson Fernández, corresponsal en Uruguay del diario La Nación; José del Río, director periodístico de la Revista Apertura, propiedad del empresario conservador Francisco De Narváez; Armando Torres, ex vocero del ex ministro de Economía Roberto Lavagna y Alberto Lippi, vocero de Edenor.
Bodegas San Huberto, la empresa que preside Leonardo Spadone, hijo de Carlos, el conocido empresario teatral que se diversificó a otros rubros, es un auspiciante permanente de los eventos que desarrolla Cadal.
La cara social de la CIA en Argentina
Sería interminable la lista de las organizaciones dependientes de las fundaciones centrales como la Agencia Internacional para el Desarrollo (Usaid en sus siglas en inglés) o la National Endowment Foundation (NED) –que aparece entre nosotros como destinada a financiar la democracia– y otras similares con sede en Estados Unidos, además de las europeas, que también responden a las mismas centrales. Sin embargo, es importante conocer sus conexiones locales, conocidas como la cara social de la CIA.
Ambas fundaciones trabajan activamente en Argentina "financiando proyectos y movimientos democráticos" y creando otras bajo diversos nombres. Una de estas es la Fundación Libertad (FL) que echó raíces en Rosario. Creada en 1988, por un grupo de "empresarios, profesionales e intelectuales", está relacionada con más de 200 empresas privadas y da cursos, seminarios y mantienen "una intensa presencia en los medios de comunicación, a través de columnas y programas propios". Asociada con otras instituciones como la Heritage Foundation, la misma cuyos integrantes han sido claves en la redacción de los conocidos Documentos de Santa Fe uno, dos, tres y cuatro, entre otros, que trazan los planes de política exterior estadounidense desde la visión más intervencionista en nuestra región, realizan seminarios conjuntos. Además, FL está asociada con la Fundación para el Análisis Económico Social (Faes) que dirigía el ex presidente de España José María Aznar y ligada al derechista Partido Popular español, o la Fundación Internacional para la Libertad presidida por el fallecido escritor Mario Vargas Llosa, quien ocupaba tribunas para denostar a los gobiernos de América latina no alineados con Washington.
Uno de los satélites más activos de FL aquí es Pensar, integrada por diputados y políticos de Propuesta Republicana (PRO) que dirige Mauricio Macri.
El gran campanazo lo dio FL en la organización del Seminario Internacional sobre los Desafíos en América latina realizado en Rosario y que reunió a personajes como Roger Noriega, quien fue subsecretario para América latina del gobierno de George W. Bush. También estuvieron Vargas Llosa, Aznar y otras figuras de la internacional derechista del mundo, como los ex presidentes Vicente Fox (México), Francisco Flores (Salvador,) Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Osvaldo Hurtado Larrea (Ecuador), Jorge Quiroga (Bolivia), además de ex funcionarios de dictaduras como la chilena y entre otros el periodista y hombre de vieja data en la CIA, el anticastrista Carlos Alberto Montanner y venezolanos y bolivianos con tradición golpista en sus países.
La organización “Poder Ciudadano” es filial local de Transparency International (TI) contratista de la USAID, la agencia norteamericana de injerencia, y de la National Endowment for Democracy, el mecanismo CIA de desestabilización, y recibe fondos de otras entidades identificadas a la inteligencia norteamericana.
El constitucionalista Daniel Sabsay, muy presente en los medios, se presenta como consultor del Banco Mundial y director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
La FARN fue una de las primeras ONG's en avalar el canje de deuda por naturaleza integrando el denominado Fondo Para Las Américas. Según su propia página web reciben financiamiento de la National Endowment for Democracy (NED) (AVINA; IRC - Centro de Recursos Informativos, Sección Informativa y Cultural de la Embajada de los EEUU en Buenos Aires; Ford Foundation; OEA - Organización de los Estados Americanos; The William and Flora Hewlett Foundation; World Bank Institute - Environmental and Natural Resources Division, etc.
La fundación Avina, presidida entonces por el magnate suizo Stephan Schmidheiny. La historia de la familia Schmidheiny y su relación con el amianto (un material altamente tóxico) en las extracciones mineras, con el régimen nazi, el apartheid sudafricano y los regímenes dictatoriales de Latinoamérica merecerían un capítulo aparte. Se le acusó en Turín, Italia, de catástrofe ambiental y de omisión de las reglas de seguridad laboral de manera intencionada (delito doloso), en una fábrica de amianto que poseía en Casale-Monferrato denominada Eternit, marca conocida en Argentina.
Lo cierto es que Avina se presenta como una organización comprometida con el desarrollo sostenible y el medio ambiente de América latina, a través de alianzas entre líderes sociales y empresariales. Detrás están los negocios. Así ha sido en Latinoamérica, donde Avina tiene como socio-líder destacado a Gustavo Grobocopatel, rey de la soja transgénica en Argentina. Sabsay también participa regularmente en ONGs tales como Poder Ciudadano y Conciencia.
Como se ve claramente toda esta estructura de organizaciones ligadas a influyentes intelectuales, periodistas y empresarios argentinos son la base sobre la cual se desarrolló el poder actual de un hombre como Javier Milei. Sirva para explicar que no nació de un repollo sino de un largo y meticuloso trabajo largamente financiado por el Departamento de Estado de EEUU. El éxito de estas “ONGs” gubernamentales queda claramente reflejado en la reciente disolución de la USAID por parte de Donald Trump. Ya no es necesaria, ya no hace falta encubrir o disimular las operaciones de EEUU. Son abiertas, sin disimulo y con el silencio o el apoyo explicito del llamado “Occidente democrático”