Chacarera de Rubén Sacchi
Y fue así,
como la Revolución,
que la savia me trepó las venas.
Desde el llanto entrecortado
que limita tu mejilla
en terrenos de tristeza
y extensiones de alegría,
puedo ver, en el reflejo,
una niña ensangrentada
apretando una muñeca
y jugando a todo o nada.
Desde e1 frío anochecido
de unas mantas sin olvido,
siento piel, mana silencio
un retumbar de latidos,
que, golpe a golpe, se acercan
al lugar de la esperanza
atravesando el pasado
como el filo de la lanza.
Y así fue como mi savia,
y así fue como tu cuerpo,
vino a vino amanecieron
sobre un horizonte muerto.
Y fue así
como tu cuerpo
pudo atravesar mi vanguardia.
Un amor que espera, y llega,
sin la luz de los candiles,
ha roto las estructuras
sin tacuaras ni fusiles.
Tu vida recién comienza,
tus fibras recién se enteran,
y yo ya puedo nombrarte,
de la vida, guerrillera.
No creas lo que te dicen
los señores de la muerte:
el no haber muerto en combate
no es cuestión de buena suerte.
No se muere en las batallas,
nunca muere un combatiente.
Que la sangre guerrillera
va sembrando la simiente.